Cuando se piensa en tráfico de drogas se suele evocar organizaciones de jerarquías rígidas lideradas por capos como Pablo Escobar o Joaquín “El Chapo” Guzmán. Hoy, la realidad es mucho más compleja. Con un incremento de la demanda global de cocaína y mercados creciendo en Asia, África y Europa, los días en que un sólo cartel controlaba toda la cadena de suministro son cosa del pasado.
Ahora es mucho más frecuente que las organizaciones cooperen en redes fluidas, en ocasiones con cierta autonomía, para mover la cocaína a lo largo de las distintas etapas del transporte. Para determinar cómo es esto en la práctica, OCCRP y sus socios pusieron el foco sobre un conglomerado de grupos y de criminales que trabajaron juntos para alimentar una de las autopistas de la droga más concurridas del mundo: la que une Latinoamérica con Europa.
© 2024 Centro Latinoamericano de Investigación Periodística. Todos los derechos reservados.
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