Este reportaje fue escrito por Sudestada, en el marco de la alianza Centinela Covid-19.
El gobierno uruguayo gastó casi 1.350.000 dólares para comprar 104 respiradores nuevos y reparar los existentes, desde que se declaró la emergencia sanitaria por el coronavirus, según un relevamiento realizado por Sudestada. Todas las compras se realizaron sin recurrir a licitaciones, mediante adjudicaciones directas o compras por excepción. En la página web del Tribunal de Cuentas no aparece ningún dictamen al respecto.
Según la resolución 62/020 del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) disponible en el sitio Compras Estatales, 50 de estos equipos nuevos (en rigor, equipos de anestesia con ventilador mecánico avanzado, marca General Electric) fueron adquiridos a la empresa Mare Ltda. por un total de 1.050.000 dólares, pero su ingreso al país no consta en los registros aduaneros con el número “901920”, que en la nomenclatura aduanera corresponde a productos para “respiración artificial u otro aparato de respiración terapéutico” así como “partes y accesorios de los mismos”.
Otros dos respiradores de la marca australiana Resmed que aparecen en la misma resolución del MEF tampoco figuran en las planillas de Aduanas. Sí aparecen, en cambio, dos ventiladores de la marca alemana Dräger, que arribaron a Uruguay 11 días antes de que se resolviera la compra y a un costo cuatro veces inferior que el pagado por el Estado.
Compras directas y excepcionales
El coronavirus llegó oficialmente a Uruguay el 13 de marzo, día en que el gobierno anunció la aparición de cuatro casos en Montevideo. A partir de allí, se declaró la emergencia sanitaria y comenzaron a adoptarse medidas a fin de contener la pandemia y enfrentar las posibles consecuencias de su diseminación.
Entre las decisiones adoptadas por el Poder Ejecutivo estuvo la ampliación del número de camas de cuidados intensivos y el incremento de la disponibilidad de respiradores, en caso de que la cantidad de casos positivos desbordara la capacidad sanitaria existente.
El 23 de marzo el gobierno dispuso la realización de un llamado a concurso para la fabricación de respiradores de industria nacional mediante el financiamiento de un fondo de la Agencia Nacional de Investigación e Innnovación (ANII) por un total de 6 millones de pesos uruguayos (133 mil dólares estadounidenses).
En las condiciones del llamado, el gobierno propuso “la fabricación de emergencia de respiradores básicos que puedan ser utilizados como último recurso, cuando ya no se disponga de equipos debidamente certificados, ante una situación de absoluto desborde de las capacidades sanitarias, especialmente a nivel de centros de tratamiento intensivo. Esta inquietud surge a partir de proyecciones que indicarían que la cantidad de respiradores existentes en el país puede ser insuficiente ante ciertas tasas de crecimiento de los infectados con COVID-19”.
Si bien para la adjudicación del contrato no se exigía la homologación previa del equipamiento por parte de la autoridad sanitaria, en el texto de la convocatoria se pidió que se tomaran como ejemplo “diferentes iniciativas a nivel mundial”, entre las que mencionó la solución de código abierto Ventilaid y el proyecto E-Vent desarrollado por ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés).
Entre las 19 propuestas presentadas, el gobierno eligió dos, que se repartieron la fabricación de 25 respiradores cada una. Por un lado, el consorcio conformado por Ingenca SRL, Tador SA, Note SRL y Pensur, resultó adjudicatario de 1,5 millones de pesos (33.260 dólares) para fabricar los dispositivos denominados Respirone.
En tanto, otro consorcio integrado por Spectrum Uruguay SRL, Viviestar y Fundación Latitud, se adjudicó la fabricación de otros 25 dispositivos denominados Respiradores Neumáticos Modulares de Emergencia (RNME), por un total de 4,5 millones de pesos (99.780 dólares).
Posteriormente, entre el 8 y el 17 de abril, mediante resoluciones de la Unidad Centralizada de Adquisiciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) el gobierno dispuso la compra de 54 respiradores nuevos.
Una de las adjudicatarias fue la empresa Carla Besola Paolino, con dos respiradores de traslado de la marca australiana Resmed, Modelo Astral 150, por un precio unitario de 10.500 dólares y un total de 21 mil dólares, sin contar impuestos.
También las autoridades resolvieron adquirir otros dos ventiladores de la marca alemana Dräger, modelo Evita Infinity v500, a la empresa Clap Laboratorios SRL, por un precio unitario de 30 mil dólares estadounidenses, un total de 60 mil dólares sin impuestos.
Pero la compra más cuantiosa fue la de 50 equipos de anestesia con ventilador mecánico avanzado de la marca estadounidense General Electric, modelo Carestation 650, a un precio unitario de 21 mil dólares. El total de la compra sin impuestos aprobada a la empresa Mare Ltda. fue de 1.050.000 dólares.
En suma, desde que se declaró la emergencia sanitaria, Uruguay decidió la compra de 104 dispositivos de asistencia respiratoria por un total de 1.131.000 dólares, 54 de los cuales se adjudicaron mediante el mecanismo de Compra Directa (sin licitación), con el argumento de la necesidad generada por la pandemia de Covid-19. Las adquisiciones se financiaron con el dinero disponible en el Fondo Coronavirus, creado por la Presidencia de la República.
Luis Núñez, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (Sumi), explicó a Sudestada que los respiradores adquiridos recientemente en el exterior todavía no fueron entregados en los centros de salud y que no estaba al tanto de cuándo llegarán ni cómo serán distribuidos.
Equipos que todavía no llegan
Según pudo confirmar Sudestada con las planillas de importación, la empresa Clap Laboratorios SRL registró la llegada al país de dos “aparatos respiratorios” el 6 de abril, 11 días antes de que se emitiera la resolución de compra, provenientes de los Estados Unidos (Documento Único Aduanero, DUA, N°52.868). Según dicho registro, el precio unitario que pagó la empresa privada Clap por cada equipo fue de 7.133 dólares, casi 23 mil dólares menos que lo que le pagó el Estado uruguayo.
Mientras tanto, los 50 equipos de anestesia con ventilador mecánico avanzado adquiridos a la empresa Mare Ltda. todavía no tienen un DUA que dé cuenta de su ingreso al país, según los registros de importación de la empresa hasta el 17 de junio. Lo que sí aparece un día antes es la importación de un respirador proveniente de Estados Unidos, por un valor de 11.324 dólares (DUA N° 88.125).
Tampoco hay registro de ingreso de los dos equipos comprados a la empresa Carla Besola Paolino desde el 13 de marzo hasta el 17 de junio.
Sin embargo, y sin que exista una resolución dando cuenta de la compra, aparecen registradas dos adquisiciones directas realizadas por la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE). El 5 de junio el prestador público de salud registró la importación de 5 respiradores provenientes de Estados Unidos por un valor unitario de 10.145 dólares (DUA N° 82.276), por un total de 50.725 dólares. Diez días después, ASSE registró la compra en España de dos respiradores a un valor unitario de 2.808 dólares (5.617 dólares en total).
Hubo otros organismos que también registraron el ingreso al país de equipos médicos de asistencia respiratoria, como fue el caso del Instituto Pasteur (5, por 4.926 dólares en total) o la mutualista Asociación Española (7, por un total de 160.700 dólares).
Reparación de respiradores
Desde que se declaró la emergencia sanitaria y hasta el 31 de mayo, el Estado uruguayo destinó 216.414 dólares para acondicionamiento de respiradores y compra de equipamiento complementario, en todos los casos mediante adjudicaciones directas o compras por excepción. De ese monto, unos 117.729 dólares se adjudicaron bajo el concepto de reparación y unos 24.387 en repuestos. El resto del dinero total se distribuyó en la compra de componentes y accesorios.
Aunque son varias las empresas proveedoras, Bioerix SA es la que concentra el monto mayor de adjudicación, con más de la mitad del total del gasto en reparación y acondicionamiento de respiradores: 114.991 dólares. Le sigue Tecmar Médica SA con 20.392 adjudicados y Clap Laboratorios SRL con 14.794 dólares.
El Hospital Maciel fue el centro de salud público que concentró la mayor parte del gasto en este rubro, con un total de 93.748 dólares, seguido por el Hospital Pasteur con 55.367 y el Hospital Español 31.266. El resto del dinero gastado por el sistema público de salud se distribuyó entre los centros hospitalarios de las ciudades de Rivera, Rocha, San Carlos, Tacuarembó y Treinta y Tres.
Los centros públicos también cuentan con respiradores donados por China en el año 2009, que no se estaban utilizando por problemas de funcionamiento. Cuarenta de esos equipos fueron reparados ante la posible saturación del sistema de salud a causa de la pandemia de coronavirus, extremo que hasta el momento no se produjo.
El 21 de abril Sudestada publicó el resultado de un relevamiento realizado entre todos los prestadores del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), que constató la existencia de 655 camas de CTI y 666 respiradores en todo el país. Ese número se mantuvo, según dijo el presidente de Sumi.
¿Qué es la alianza Centinela-Covid19?
Centinela Covid-19 es un proyecto de periodismo colaborativo y transfronterizo sobre la respuesta al Covid-19 en América Latina, del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), Chequeado (Argentina), El Deber (Bolivia), Agência Pública (Brasil), El Espectador y La Liga contra el Silencio (Colombia), La Voz de Guanacaste (Costa Rica), Ciper (Chile), GK (Ecuador), El Faro (El Salvador), No Ficción (Guatemala), Quinto Elemento Lab (México), El Surtidor (Paraguay), IDL-Reporteros (Perú), Univision Noticias (Estados Unidos), Confidencial (Nicaragua) y Sudestada (Uruguay), con el apoyo de Oxfam y el Pulitzer Center on Crisis Reporting.