Su popularidad, entonces, se debió no a sus supuestas dotes milagrosas, sino a que detrás había un grupo de personas que, mientras que aseguran curar a la humanidad y salvarla de la codicia de la industria farmacéutica, se lucran con sus varios negocios relacionados con el dióxido de cloro. Conoce más de esta sustancia y de la red de charlatanes que la promueven en este video: