Por Equipo CLIP
Si no surge una nueva excusa para dilatarlo, el próximo lunes empezará en México el juicio oral a “Juan Carlos N”, acusado de ser coordinador y autor intelectual del asesinato a sangre fría de la periodista mexicana Miroslava Breach, el pasado 23 de marzo de 2017. Un sicario supuestamente contratado por este hombre le disparó a quemarropa, mientras ella sacaba su camioneta frente a su casa para llevar a su hijo al colegio. La fecha del juicio se logró establecer después de varias dilaciones, y de un recurso de amparo que presentó la organización Propuesta Cívica para que no se retrasara más.
Los responsables de silenciar a la respetada periodista que investigaba los vínculos de la política con el narcotráfico siguen sin castigo. No hay condena contra responsables intelectuales ni materiales del crimen. El acusado Juan Carlos Moreno Ochoa (apodado ‘El Larry`) ha estado en la cárcel más de dos años sin recibir sentencia. Su presunto cómplice y hermano de crianza, Wilberth Jaciel Vega Villa, está prófugo. Y quien según la Fiscalía disparó contra la periodista, Ramón Andrés Zabala, fue asesinado en el estado de Sonora, en diciembre de 2017.
En otras palabras, la justicia sigue en el mismo punto que estaba hace cinco meses, a pesar de las revelaciones que hizo entonces la investigación periodística Proyecto Miroslava, sobre los múltiples cabos sueltos que habían dejado las pesquisas judiciales.
Este trabajo, publicado la primera semana de septiembre pasado, fue realizado por el Colectivo 23 de Marzo, un grupo de colegas de Miroslava Breach de varios medios y estados mexicanos que, preocupados por la impunidad de los asesinatos a periodistas en México, se unieron para indagar el caso, con Forbidden Stories, un portal especializado en investigar historias por las que periodistas fueron atacados, de Francia, y Bellingcat, un medio de Gran Bretaña, experto en investigación de fuentes abiertas y este medio, el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), dedicado a coordinar investigaciones transnacionales en la región.
Los periodistas descubrieron que hubo otros dos asesinatos que pudieron haberse cometido con el propósito de fabricar culpables del crimen de Breach, pero las autoridades no han investigado para esclarecerlos ni establecer sus posibles vínculos con el asesinato de la periodista. También encontró esta alianza que otras dos muertes pueden tener una relación con esta trama criminal.
Las evidencias que presentó la Fiscalía inicialmente, y que escudriñó el equipo de reporteros apuntaban a que desde municipio de Chínipas, Chihuahua, salieron las órdenes de matar a la periodista y que allí donde se refugiaron los asesinos, luego de haber perpetrado el crimen. Además, Breach constantemente señalaba que este pueblo estaba dominado por un grupo criminal. Aún hoy, y a pesar de los hallazgos, no hay señales de que las autoridades hubieran investigado en ese territorio serrano; ni tampoco los periodistas consiguieron que las autoridades negaran o confirmaran si habían enviado funcionarios judiciales allí.
El Proyecto Miroslava estableció además que la justicia no consideró como sospechosas a varias personas, algunas con conexiones políticas, que habían intimidado a Breach por sus valientes investigaciones sobre los lazos entre narcotráfico y política en ese Estado. En cambio, las acogió como testigos con identidad protegida.
La investigación periodística también descubrió indicios de que escenas de los crímenes pudieron haber sido alteradas y que no se siguieron en forma sistemática las todas las comunicaciones entre sospechosos.
La serie investigativa aportó varias pistas sobre cómo las investigaciones de Breach incomodaban, cómo vivió sus últimos meses bajo constantes amenazas y quiénes habrían podido ser los verdaderos autores intelectuales de este crimen. Y dejó en claro que esclarecer este asesinato, uno de los más de 100 cometidos contra periodistas probadamente por razones de oficio en la última década en México, podría constituir un alentador cambio de rumbo en este país donde prácticamente todos los delitos contra la libertad de expresión han quedado hasta ahora en la impunidad.
El impacto de la investigación
La serie de las tres historias del Proyecto Miroslava (Las cinco muertes ligadas al asesinato de Miroslava Breach, Las pistas no investigadas del asesinato de Miroslava Breach y La periodista que no quiso ser cómplice del silencio) fue iniciativa de un grupo de colegas de Miroslava Breach de varios medios y estados mexicanos preocupados por la impunidad de este y de la gran mayoría de los asesinatos a periodistas en México.
Juntos con sus aliados investigativos CLIP, Bellingcat y Fobidden Stories, publicaron una nota cada día en septiembre pasado, y con ellas, resúmenes de cada historia (como éste) y varios videos (como éste). Además, habilitados por la plataforma de colaboración virtual desarrollada por CLIP, 26 medios mexicanos, de varios estados, y dos medios españoles de renombre internacional (El País y El Diario.es) publicaron las notas en simultáneo con los autores.
El trabajo de investigación periodística que buscaba contribuir al esclarecimiento de este asesinato tomó casi dos años. Periodistas en todo México escarbaron expedientes judiciales; revisaron datos; convencieron a fuentes allegadas a los hechos de hablar, aunque el miedo las embargara; consiguieron lo acontecido en las audiencias del proceso judicial en Chihuahua; siguieron las rutas posibles de los criminales; entrevistaron a testigos y a autoridades, cuando éstas accedieron a responder las preguntas, que fue en pocos casos. Y para conseguir información de lugares y hechos demasiado peligrosos para corroborar en persona, buscaron en fuentes abiertas con sus aliados internacionales.
Reportear un tema de tan alto riesgo, que exponía a los reporteros a los mismos peligros a los que se había enfrentado Breach, implicó además desarrollar un protocolo riguroso de seguridad física y digital, apoyo constante a los investigadores para que no cejaran en su empeño y se mantuvieran unidos, y la coordinación y acompañamiento internacionales.
“Somos más fuertes cuando estamos juntos”, dijo al medio mexicano Pie de Página, Rachel Kay, subdirectora ejecutiva de IFEX, la red mundial que agrupa a un centenar de organizaciones defensoras de la libertad de expresión en 65 países del mundo. Como ejemplo de ello citó al Proyecto Miroslava. “Es algo bastante nuevo como táctica; como intento de asegurar que la investigación no se quede detenida”.
El periodismo mexicano lo entendió así, y casi 50 medios de todos los rincones del país, desde Semanario Zeta, Carmen Aristegui Noticias, Proceso, Animal Político, Reforma, Río Doce (casa editorial del también asesinado periodista Javier Valdés) y de radios y medios impresos locales, se sumaron a la difusión de la investigación y preguntaron a las autoridades nacionales por las piezas que, según lo denunciaba Proyecto Miroslava, no encajaban en la investigación judicial.
Durante 72 horas en que se publicaron las 3 partes de la investigación, los hashtags #ProyectoMiroslava, #MiroslavaProject y #ElSilencioEsComplicidad generaron conversaciones a través de twitter y facebook. La audiencia tuvo un alcance potencial de más de 2 millones de usuarios.
Dos de los diarios más influyentes de Estados Unidos, The New York Times y The Washington Post, también sacaron columnas de opinión al respecto de la investigación. En una de ellas, la directora de CLIP, María Teresa Ronderos, dijo alianzas periodísticas como esta : “develar este matrimonio perverso entre narcos y políticos, tan frecuente en nuestro continente, requiere de alianzas periodísticas fuertes, incluso internacionales, como lo ha hecho este proyecto. Es una manera efectiva de subirle la presión ciudadana a los gobernantes para que hagan justicia. Es la salida poderosa que tiene el oficio para conseguir que ese contubernio no doblegue a las sociedades bajo el miedo”.
En la otra, Javier Garza Ramos, columnista y periodista mexicano, destacó que los periodistas se hayan unido por primera vez en México para contribuir al esclarecimiento del crimen de un colega. “Para el poder político, económico o criminal es un recordatorio de que la muerte no será obstáculo para que se conozcan sus tramas oscuras, para la sociedad es una manera de llamar a cuentas a quienes buscan la represión y para los periodistas es una fuerza contra el silencio”.
El Proyecto Miroslava fue escuchado o leído por al menos 6 millones sólo en México. Fue replicado también por medios de Perú, Colombia y Argentina que retomaron las historias.

Reclamos internacionales
Dos meses después de la investigación de Colectivo 23 de Marzo y sus socios Forbidden Stories, Bellingcat y CLIP, una misión de las 17 organizaciones defensoras de libertad de expresión más importantes del mundo visitó México para ofrecer su apoyo en la difícil batalla para mantener voces libres en este país, donde han caído cientos de líderes y periodistas a manos del crimen organizado y de sectores capturados del Estado por ellos. También pidieron a las autoridades mayor celeridad y rigor en las investigaciones de los crímenes contra periodistas.
En la misión estuvo Edison Lanza, Relator Especial de la OEA para la Libertad de Expresión, quien había dicho días antes en entrevista con CNN: “Si los casos de Javier Valdez y de Miroslava Breach no se resuelven en forma completa va a reforzarse aún más ese círculo de asesinatos y de violencia contra periodistas, porque la señal es muy poderosa”.
En otra entrevista con Newsweek, Lanza dijo que: “Proyecto Miroslava reveló en tres reportajes que, a pesar de que un presunto autor material del homicidio ya está enfrentando la justicia, hay pistas y evidencias que nunca fueron investigadas; políticos chihuahuenses a quienes la Fiscalía no buscó para hacerles preguntas obvias; y personas que pudieron haber tenido algún grado de participación en el homicidio y que, sin embargo, se les otorgó la calidad de testigos con identidad reservada”.
Lanza específicamente habló del valor que tiene el periodismo investigativo en ayudar a llenar los vacíos de las investigaciones oficiales. “Este tipo de investigaciones, que le dan contexto a lo que le pasó a Miroslava y que aportan dónde podrían estar los posibles autores materiales e intelectuales, son fundamentales”, dijo al mencionar la importancia de ese proyecto colaborativo de investigación.
Tanto en la misión de las 17 organizaciones, como en una conferencia simultánea sobre la impunidad de crímenes a periodistas organizada por la Unesco en la Ciudad de México, se dijo explícitamente que esta investigación periodística despertaba nuevas preguntas que la justicia debía responder sobre cómo estaba llevando el caso Miroslava, y sobre las pistas que, hasta donde se pudo saber, no habían seguido los fiscales para dar con la totalidad de los posibles autores intelectuales del crimen y con sus cómplices.
Según dos fuentes consultadas por CLIP que estuvieron en la reunión cerrada de la misión de las 17 organizaciones civiles con Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, titular de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), ante la pregunta de si creía que había fallas y omisiones en la investigación del asesinato de la periodista Breach, éste reiteró que no podía entrar en detalles, pero que confiaba en que el trabajo judicial era sólido. Mencionó además algo en el sentido de que la investigación periodística había sido perjudicial para el caso, pues varios testigos se habían asustado y estaban reacios a hablar. Según quienes lo escucharon, Sánchez no explicó cuáles testigos.
No obstante, el amplio alcance mediático de la colaboración periodística coordinada por CLIP, la solidaridad de cientos de miles de mexicanos que circularon las piezas por las redes, y el respaldo internacional que despertó, hasta dónde se sabe públicamente, la FEADLE ha resuelto mantener la tesis que desde el inicio dio la fiscalía de Chihuahua: que el ordenador del crimen es alias ‘El Larry’ y, a pesar de los señalamientos de su pertenencia a un grupo criminal, quienes son sus jefes no aparecen involucrados.
El fiscal César Augusto Peniche que llevó el caso original en Chihuahua salió a defender su actuación enérgicamente, asegurando que se habían investigado todas las líneas, desestimando en forma general los hallazgos del reporteo periodístico que detalló las inconsistencias de la investigación, pero sin rectificar algún punto específico de la publicación. Pese a varios intentos de la alianza periodística para conseguir su versión de los hechos, el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, no respondió.
Ricardo Sánchez, a cargo de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), la entidad federal que atrajo el caso un año después del crimen para mayor garantía de independencia en la investigación, había avalado los postulados principales de la investigación original. Ahora, después de la investigación periodística, Juan Carlos Moreno Ochoa sigue siendo el único detenido como autor intelectual sospechoso y orquestador del crimen.
El fiscal federal sostuvo que mucho de lo que la serie periodística señala ya era tenido en cuenta por su oficina, pero que no puede hacer público ningún comentario al respecto, pues pondría el riesgo el debido proceso. Hasta dónde esto es real, se sabrá sólo cuando el fiscal presente sus cargos en el juicio que comienza este lunes.
Se sabe que por parte de la defensa de Moreno Ochoa (Juan Carlos N) se presentarán tres testigos (uno de ellos un ex presidente municipal) que aseguran que él estaba en Chínipas, y no en Chihuahua, el día del crimen. Por parte de la FEADLE fueron citados a declarar, además de los testigos con identidad protegida, el Fiscal Peniche que inició la investigación y varios integrantes de su equipo.
Entonces se sabrá si de veras la investigación federal abrirá nuevas hipótesis acerca de los posibles autores de este crimen y las causas que tuvieron para asesinarla, respondiendo por fin a las preguntas del Proyecto Miroslava, al grueso de la prensa mexicana y los respetados medios internacionales que le hicieron eco, a la indignación de las voces ciudadanas que se manifestaron por las redes, y a las preguntas que hicieron las más reconocidas organizaciones de libertad de expresión que visitaron México en misión el pasado octubre.
Para ver el especial completo, pulse acá:
Parte 1: Las cinco muertes ligadas al asesinato de Miroslava Breach
Parte 2: Las pistas no investigadas del asesinato de Miroslava Breach
Parte 3: La periodista que no quiso ser cómplice del silencio