Luis Ángel Ascencio Jurado, nacido en Huancayo, Perú, en 1980, es un empresario forestal de toda la vida. Su abuelo y su padre, al que le heredó el nombre y el oficio, vendían madera. Luego de ser proveedor de Maderera Bozovich, hoy la principal exportadora de madera de ese país, montó en 2004 Inversiones La Oroza, su propia operación, que incluye concesiones propias, aserradero y secadero de las trozas que extrae, comercio en Perú y exportación a diversos países. Creció muy rápido y para 2015 su maderera era la principal exportadora de madera aserrada del país.
Entonces, las autoridades peruanas comenzaron a supervisar más efectivamente las operaciones forestales para ver si éstas cumplían de veras los Planes de Manejo Forestal a los que se comprometía el concesionario. Y el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor), responsable de vigilar y sancionar las posibles infracciones, encontró en 2011 que la concesionaria Oroza Woods S.A.C. de los Ascencio, había sacado más de 326 mil metros cúbicos de cedro y que había exportado a Estados Unidos más de 136 mil (unos 4500 contenedores), pero apenas pudo documentar que 59 mil de éstos habían salido legalmente. Esta concesión explotaba mayoritariamente cedro, una especie incluida en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) como amenazada, y Maderera Bozovich lo exportaba. Los inspectores encontraron que la concesionaria había incluso “sembrado” trozos de 14 troncos de cedro, para hacerlos creer que eran tocones de árboles talados legalmente, según el plan de manejo forestal.
Después vinieron más y más multas contra Inversiones La Oroza, creada por Ascencio en 2004. Y en 2015, finalmente, a raíz de que gran parte de los enormes cargamentos de madera que mandó a Estados Unidos en el barco Yacu Kallpa resultaron de origen ilegal, las autoridades de ese país, con base en documentación peruana, sancionaron a Inversiones La Oroza. En 2017, el Representante Comercial del gobierno federal le bloqueó laentrada a Estados Unidos hasta 2020. Como ni Perú, ni la empresa de Ascencio pudieron demostrar que La Oroza había mejorado su desempeño, sino que recibió nuevas multas por infracciones, le renovaron el veto hasta 2023.
Con la sanción ejemplarizante, a Inversiones La Oroza y, en general, a todos los madereros peruanos se les desplomó el negocio, pues se volvió más arriesgado comprarles madera sacada a la brava de la Amazonía.
Este equipo de investigación quiso saber qué había pasado con Inversiones La Oroza luego de la sanción. Encontró que Ascencio creó una empresa en República Dominicana con un socio local, se alió con otra empresa nueva que montó su tío político en Perú y, con apoyo de éstas, ha seguido exportando madera peruana, y ahora también brasileña y africana, al mundo. En Perú, mientras tanto, la vigilancia del sector maderero ha aflojado por la pandemia y en medio de un retroceso institucional. Desde 2020, el Osinfor apenas ha visitado una concesión, que no es la de Inversiones La Oroza. Y Ascencio ha obtenido nuevas concesiones para explotar la Amazonía y un subsidio para mantener la operación.
Este equipo lo entrevistó vía video para preguntarle sobre su nuevo esquema exportador, sobre cómo certifica que la madera que está exportando al mundo es de origen legal y que no contribuye a la degradación de la Amazonía. Esta es la conversación que tuvo este equipo periodístico con él y su abogada, Paola Bances, quienes se hallaban en sus oficinas de Iquitos. (Se han editado partes para hacerla más fluida y fácil de leer).
¿Cómo empezó su negocio?
Luis Ascencio Jurado: Mi abuelo empezó vendiendo madera en Lima, luego mi padre ya entró a comprar madera a Iquitos y desde 2004, con Inversiones La Oroza, ya empezamos a tener nuestras propias concesiones y a llevar la operación desde el origen. Tenía una concesión en La Indiana, Maynas pero me tuve que salir porque me sacaron. Ya no se puede ir allá.
Pero le han dado a usted nuevas concesiones…
Luis Ascencio: Nosotros, por tener actividad en partes más cerca a Iquitos, podemos mantenerlas vigentes porque todavía no ha llegado, digámoslo de esta manera, el narcotráfico. Nosotros estamos manteniéndolas, pero vamos viendo qué va a pasar en los diferentes años porque también ha llegado a nuestra zona. En las zonas más alejadas ya no se puede trabajar; más cerca a la frontera [con Colombia y con Brasil] ya no se puede trabajar. Esperemos que no, pero también hay indicios que también están entrando por aquí. Entonces dejaremos. Nosotros hemos devuelto varias concesiones por la inseguridad.
¿Por qué seguir con el riesgo de seguir exportando madera, con todas las restricciones internacionales que hay, cuando todavía no se puede realmente certificar el origen de la madera y cuando ni en el puerto de Callao lo hacen?
Luis Ascencio: Nosotros hemos tomado medidas desde 2016 para nosotros extraer nuestras propias maderas de nuestras concesiones que tenemos y exportar. Pero si tú te das cuenta en las estadísticas de las exportaciones, nosotros no exportamos ni el 0,50 por ciento de la madera a nivel nacional. Las otras empresas capitalinas son las que exportan un montón de madera y, en realidad, no sé hasta qué punto tampoco saben ese origen, no me interesa. Pero nosotros, a raíz del Yacu Kallpa, hemos bajado hasta el 80 por ciento en facturación de exportaciones.
Entonces le dio duro la sanción por el Yacu Kallpa a su negocio…
L.A.: ¿Por qué yo sigo en este negocio? Porque en realidad, primeramente, soy forestal y me da muchísima pena que gentes inescrupulosas se están metiendo con nuestros bosques tropicales y los están desforestando de una manera criminal. Y esto se va a volver un caos porque cada gente que se mete a esto se está haciendo más de dinero, a tal punto que ya en Iquitos ya hay chacras de cultivos de coca. Tengo mucha gente que tengo trabajando años. No los quiero desamparar, porque en realidad, pues estamos a punto, como se dice, de quebrar, y ya no son las exportaciones que antes teníamos. Pero quisimos darle mucho impulso. Estamos en eso, pero si en este año no podemos darle más, yo creo que ya dejaremos el negocio.
Usted creó en República Dominicana con Johny Vargas una empresa llamada Mafilo y entiendo que está trabajando muy en llave con la exportadora P&O Exportaciones y Comercialización. ¿Fueron estas medidas que usted tomó para protegerse, para buscar otras maneras de exportar la madera?
L.A.: La empresa que allá manejamos con John es una empresa muy diferente si ven las importaciones. Es una empresa de la cual tengo acciones mínimas, pero las tengo. Trabajamos con otros países que no es el Perú. Trabajamos maderas americanas, maderas africanas, no manejamos maderas de acá de América del Sur. Es una cuestión muy aparte de la de acá.
Pero en los datos ustedes si aparecen exportando madera a República Domincana…
L.A.: Más de dos años que no exportamos. Si miras bien los datos desde el 2019, por ahí, ya no exportamos para el Caribe. Son otros productos, son otras cosas. Te explico: básicamente las maderas de Iquitos no dan para el mercado dominicano. Son otras especies que se manejan como el cachimbo, como ishpingo, que se manejan en otras localidades del Perú. Acá no tenemos esas especies. Es por eso que no tenemos una vinculación directa con la empresa que tú mencionas.
¿Y cuál es su relación con P&O Exportaciones, que les compra a ustedes madera y la exporta? Entiendo que es de una persona pariente suya. ¿Trabajan en tándem?
L.A.: No. Esta empresa es un aliado al cual nosotros le damos a ellos una madera, la cual ellos nos compran para unos clientes extras, otros clientes que ellos tienen, amigos que tienen tiempo también en el mercado. Y lo otro, lo hacemos también porque de alguna manera tenemos algún beneficio tributario vendiendo madera a una empresa en la capital.
¿Tienen un beneficio tributario al exportar madera?
L.A.: Sí, hay un beneficio tributario.
¿De cuánto es?
L.A.: Es un beneficio tributario que es del crédito fiscal del IGV, una bonificación que dan acá las empresas de provincia.
¿Es 5% sobre el valor FOB, entiendo?
LA: No, no, no mezclemos una cosa con la otra. Esto es un tema muy aparte y lo quiero dejar bien claro para que la información sea correcta. El 4 o el 5 por ciento -ahora es el 4 por ciento- es el drawback, un beneficio que da el Estado peruano para el rubro de madera, textiles y minerales. Nosotros no estamos en ese tema.
Déjeme ir para atrás para aclarar una información. Usted fue fundador de Mafilo, mediante una persona apoderada, como accionista mayoritario, y hoy sigue siendo su socio principal. ¿Es correcto?
L.A.: No es apoderada, lo que pasa es que yo no estuve a la hora de formar la empresa porque era en República Dominicana.
¿Pero al día de hoy usted es el accionista mayoritario, correcto?
L.A.: Sí claro, somos dos.
¿Cómo se maneja la operación de Mafilo?
L.A.: Ese es un tema, repito, muy aparte. Usted ve las estadísticas. Nosotros no mandamos para Mafilo. Mafilo compra en otros países como Estados Unidos, compra en el África. A partir del 2019 no mandamos ninguna exportación para ellos.
Pues nosotros revisamos las exportaciones de P&O y de Inversiones La Oroza y envían a Mafilo…
LA: ¿Pero de qué año? ¿Cuál es la última fecha que exportamos para allá, me lo puede decir por favor?
Con mucho gusto le busco la información… pero más allá de los números, ¿cuál es la razón de la creación de Mafilo? ¿Qué tipo de operación pretendía usted tener ahí y cuál es el rol que usted tiene en la empresa?
LA: Repito. Este es un negocio que tú puedes poner en cualquier parte del mundo y si tú ves algo que pueda ser rentable con un socio de allá, pues lo haces. No es algo entre comillas “mal pensado”. Es un negocio. Es un pequeño negocio. No es un negocio que digamos ya de millones. También les quiero volver a recalcar que ese país del Caribe es un país que no compra especies de acá de Iquitos. Las especies de Iquitos no se van para el Caribe. Se van para otro lado.
Las cifras muestran que ellos importan cachimbo e ishpingo, que yo entendí se producen en la zona de ustedes…
LA: No, le repito: es que son otros exportadores, no somos nosotros.
Un vocero de Mafilo nos dijo que se consideraban prácticamente la misma empresa que prácticamente trabajan todo el tiempo juntos, entre Mafilo e Inversiones La Oroza.
LA: ¿Quién les dijo que estaban juntos?
Abraham Maca, a quien entrevistó nuestra colega en República Dominica hace un par de meses.
LA: En realidad no se qué habrá dicho en esa comunicación, pero voy a hablar con él, porque en realidad la empresa es de dos socios. Son tipos de maderas muy distintas, son otros exportadores, los cuales no tenemos que ver.
¿Sabe usted si Mafilo trasborda madera a terceros países? Es decir, ¿la trae de Brasil o Perú a República Dominicana y después la trasborda a otros países de Europa o a Estados Unidos?
LA: No, nada. Cero por ciento. Todo lo que se compra allá en ese país es netamente para República Dominicana. Usted lo puede investigar.
El 66% de las importaciones de Mafilo vienen de La Oroza y de P&O Exportaciones y Comercialización.
LA: ¿De qué año?
Tengo aquí un Documento Único Aduanero del 20 de junio de 2020.
LA: No sé que factura debe ser, debe ser de repente para otros países. Exportamos sólo hasta antes de la pandemia. De ahí no exportamos nada. Por eso me parece muy raro esa investigación que está haciendo y me gustaría sea veraz en las afirmaciones.
Por eso estamos conversando con usted, porque queremos confrontar los datos. ¿Qué clase de alianza tiene usted con P&O, porque es un tío político suyo el que crea P&O, justo el mismo mes que el Representante Comercial del gobierno de Estados Unidos (USTR) investiga la información sobre las cargas de madera ilegal en el Yacu Kalla, y esa empresa exporta madera que proviene en su mayoría de La Oroza?
L.A.: Son cosas muy distintas. Yo no tengo propiedad ahí. No tengo vinculación ahí. No tengo acciones ahí. No tengo nada.
Pero usted está tratando comercialmente con un tío suyo.
L.A.: Yo puedo tratar los negocios que yo pueda hacer, los puedo tratar con cualquier negocio, o sea no es mi tío, es un tío. Es una empresa a la cual le vendemos y ella tiene su negocio y lo hacemos por temas tributarios, nada más.
¿Cómo se aseguran de que la madera que ustedes compran en Brasil o en Perú tenga un origen legal, que haya sido sacado del bosque de manera sostenible?
LA: Nosotros trabajamos con empresas brasileñas, la mayoría de las cuales tiene certificado FSC. [Según su página web el certificado Forest Stewardship Council (FSC) se asegura que todos los productos que exporta una empresa provienen de bosques manejado responsablemente y proveen beneficios ambientales, sociales y económicos]. Aquí en Perú, en La Oroza tenemos certificado FSC y cuando tenemos convenio, también compramos de empresas que tienen certificados FSC, como Madera Acre, Madereira Maderiza. Nosotros nos aseguramos de que el origen sea legal tanto en el Perú como en otras partes del mundo. Adicional a eso nosotros trabajamos con intermediarios internacionales, quienes también certifican –y que son americanos—. No compramos directamente, sino que son intermediarios americanos. En Estados Unidos hay grandes traders que manejan volúmenes inmensos.
¿A qué se refiere? ¿A logísticas como Fedex Trade Network, por ejemplo?
L.A.: Puede ser Fedex, puede ser Alcoma, nos aseguramos del buen origen de la madera para República Dominicana y eso nos lo garantizan los intermediarios a los cual nosotros les compramos.
¿Qué tanto participa o tiene que ver con la administración de Mafilo o eso lo maneja totalmente su socio?
L.A.: En realidad él maneja más que yo, pero yo también le ayudo en el tema administrativo y gerencial, pero él es el representante legal, el que hace todos papeles de las compras.
Le preguntaba de Brasil porque encontramos que dos empresas Woodland Exportaçao e Importaçao y Complexo Industrial Florestal Xapuri, le vendieron madera a Mafilo y las dos han sido investigadas por posibles compras de madera ilegal. ¿Cuál era su relación con esas empresas?
L.A.: Esas dos empresas ni sé quiénes son, no la conozco. Te repito, los que nos financian el tema de la madera, nos dan a crédito, son los que compran en origen a Brasil, pinos americanos como yellow pine, y todo eso. Esas empresas que me han mencionado de verdad que no las conozco. Y aparte de eso, nosotros creemos en los Estados. No podemos sentenciar a unas personas mientras no los hayan encontrado culpables. Y estamos en un tema de investigación o lo que sea, pero no pueden pensar que por eso esté todo malo.
Me gustaría poner bien claro que nosotros hemos cambiado nuestro sistema de exportación de extracción. Y de corazón lo voy a hablar: quiero a este país, quiero a esta región y me da muchísima pena que el gobierno -y que gente inescrupulosa de afuera- desinforme.
¿O sea que a usted le importa que el bosque sea sostenible?
LA: ¡Por supuesto! Le voy a decir una cosa: yo soy ingeniero forestal y me gusta, me apasiona, este tema. No estudié porque quise estudiar y quise hacer dinero. No, lo hice por pasión. Quiero que se entienda bien eso. Todo árbol es un ser humano: nace, crece, se desarrolla y muere, entonces hay que aprovechar los que están un poquito maduros y lo tenemos como un reservorio de CO2. Cuando tu extraes un árbol grande, se aumenta la biomasa, eso está comprobado. Y mucho más en estos suelos, donde, por decir la virola, tiene un desarrollo rápido de crecimiento. Es comprobado te digo, porque yo lo he hecho, en 15 años podemos de nuevo talar un árbol de virola porque crecen en 12 años.
Hay una preocupación con el shihuahuaco que lo están talando demasiado y hay personas -como científicos- pidiendo que se proteja. ¿Usted está de acuerdo con que protejan al shihuahuaco, así como se han protegido la caoba y el cedro?
LA: Yo sí estoy muy de acuerdo. Le hablo como un ingeniero forestal. El shihuahuaco, muy conocido en el mundo como cumarú, es un árbol de muy lento crecimiento. Dicen por ahí que 100 años, que 200 años. Entonces yo creo que sí debe haber un poquito de restricciones, como las del cedro y como la caoba.
¿Cuál es el estado de su proceso de investigación penal en Loreto? En Estados Unidos también siguen un proceso por el veto que le impusieron. ¿Qué sabe usted de esos procesos, en qué están? ¿Cuál ha sido su defensa?
LA: Nosotros somos los primeros en querer esclarecer esos casos. Nos han preocupado tremendamente porque esto es un costo financiero y legal. Esto no es gratis. La defensa no es gratis en ninguna parte del mundo. Es más, aquí estoy con mi abogada, hemos iniciado un control de plazos. Estamos pidiendo a la Fiscalía que se pronuncie sobre esos casos. Ya son más de cinco años. ¿Mientras tanto qué? Mientras tanto yo tengo que estar invirtiendo y gastando en abogados.
¿Y del proceso en Estados Unidos?
LA: No, no. No tengo proceso en Estados Unidos. Tengo una información de que el importador es el que tuvo el proceso. No sé en qué etapa estará.
Inversiones La Oroza le había vendido madera a varios grupos mexicanos antes del Yacu Kallpa. A ellos les tocó pelear para recuperar su madera porque era de origen ilegal. ¿Usted hoy les sigue vendiendo madera porque le han sido leales?
Mira, lo que pasa es que si nosotros dejamos de operar aquí en Iquitos, todo Loreto se convierte en tierra de nadie. Me gustaría que, por favor, se lo digo a todos los ambientalistas, miren las imágenes satelitales de 2015 y 2021. Hoy está más deforestado, cien veces más deforestado de lo que estaba en el 2015. Por el amor y el cariño que tenemos a esta Amazonía, seguimos persistiendo en esto y seguimos en esto, a pesar de que investigan e investigan. Por favor, si investigan, háganlo con la veracidad que debe ser. El flagelo del narcotráfico, eso sí está maltratando el ecosistema: agua y bosque.
Quisiera aclararle algo: nuestros datos, que son sacados de la Aduana de República Dominicana y son datos oficiales, muestran que Mafilo sí ha importado más de 5 millones de dólares de Perú desde 2016 y que mucha de esa madera proviene de Inversiones La Oroza.
LA: Lo que pasa es que usted se guía por la Aduana y la Aduana siempre tiene un filtrado equívoco. De repente no se fue a ese país, sino a otro país. Hay informaciones equivocadas, pero yo que veo los números, no es aceptable el punto que hace. De veras solo le doy un minuto más porque me tengo que ir.
Agradecemos en el espíritu que usted tiene de dar su versión. Podríamos mostrarle si quiere la información que tenemos y la contrastamos.
L.A: Yo le agradezco la invitación: le di la información, le dije las cosas como yo creo.
Una última pregunta: encontramos documentos en una base de datos comercial que mostraría que Mafilo hizo algunas importaciones de madera de Brasil que luego transbordaría a Estados Unidos. Lo estamos confirmando, ¿es así?
L.A.: Eso es falso. ¿O sea que yo compré madera en Brasil y la mandé para Estados Unidos?
No usted, sino Mafilo.
L.A.: Perdón, me dice que Mafilo, eso es falso.
Hay otra pregunta más: hemos encontrado que cambian los códigos arancelarios (código HS) de un país al otro, al exportar. ¿Eso pasa con frecuencia, que le cambien el código por el camino?
L.A.: (Se ríe) En realidad me tengo que reír, discúlpame. Yo soy ingeniero forestal, ¿qué tengo yo que ver con cosas de código? Esos son temas de exportación, de aduanas, de agentes aduanales, de ese aspecto no sé.
Mencionó usted al narcotráfico como un agente deforestador de la Amazonía peruana. ¿Quisiera explicar un poco este asunto?
LA: Es un tema muy delicado porque puede haber retaliaciones contra mí, contra la empresa. Si quieren al Perú, a toda América del Sur, hay unos manejos sobre las reservas del agua. En el fondo en el Perú, todo este tema es sobre las reservas del agua. Miren las imágenes satelitales y se van a dar cuenta qué tipo de desforestación hay hoy por hoy. Afecta a la humanidad, afecta al tema social. ¿Es posible que un muchacho de 10 años gane 50 dólares el día por tachar o pisar coca al día? Estamos malogrando la Amazonía: y no la ambiental, la social también y la juventud. ¿Y saben lo que pasa? Por abajo, por la parte de allá de las fronteras con Perú, ya están los cárteles de México.
Por favor ayúdenos a cuidar la Amazonía con la veracidad que se merece, por favor. Yo amo esa Amazonía, lo único que haría, no la maltrataría. Se lo digo de corazón. Gracias.
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En esta investigación periodística transfronteriza colaboraron, además:
Reportería: Sarena Snider, Ian James Hodgson
Producción: Luisa Fernanda López Arias
Audiencias: José Luis Peñarredonda
Administración: Emiliana García
Análisis de datos: Rigoberto Carvajal
Webmaster: Diego Arce
Ilustraciones: Miguel Méndez
Animación: Pardix
Edición de video: Luis Gabriel Morales